Un sobrecoste de 625 millones, un deuda de 392 y unas pérdidas de 332 hacen un agujero en las cuentas valencianas

Tres cifras que explican la ruina de la Ciudad de las Artes y las Ciencias

La Ciudad de las Artes y las Ciencias ha pasado de ser uno de los mejores ejemplos de renovación urbana (la de Valencia) a la prueba del descontrol de los costes de las obras públicas.

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CACSA
Vista nocturna del Hemisfèric y del Palau de les Arts de Valencia.
La Ciudad de las Artes y las Ciencias ha pasado de ser uno de los mejores ejemplos de renovación urbana (la de Valencia) a la prueba del descontrol de los costes de las obras públicas. Los desmanes se produjeron desde un inicio y el problema no es sólo que la construcción de los edificios costó el doble de lo previsto, sino que desde su inauguración, todos los números son rojos.

Para evitar que siga aumentando el agujero que produce en el sector público valenciano, la Generalitat ha propuesto sacar a concurso la explotación del complejo a una empresa privada. La duda es si conseguirá el interés de algún inversor. Mientras la Generalitat prepara el concurso, veamos algunos de los datos que explican la situación de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

El coste de las obras duplicó el presupuesto

Nadie sabe a ciencia cierta cuánto ha costado el complejo, aunque las cifras publicadas en prensa hablan de más de 1.200 millones de euros. De ser así, supondría un sobrecoste de 625 millones respecto al presupuesto inicial, es decir, una desviación del 100 por ciento respecto a lo estimado.

Buena parte del importe se dedicó a pagar al arquitecto Santiago Calatrava, cuya retribución por el proyecto se dice que ronda los 94 millones de euros.

Los problemas de la construcción no sólo fueron económicos, sino también de tiempo. El Ágora, el último edificio del complejo, se presentó en 2004 con la idea de terminarlo totalmente en 2007 y hacer en esta plaza cubierta la entrega de trofeos de la Copa del América. Esos plazos no se cumplieron y la siguiente fecha de referencia fue el Open 500 de Tenis, que se celebró en octubre de 2009. En este caso el torneo sí se celebró, pero con el edificio sin terminar. Nada más concluir los partidos se serró y se reiniciaron los trabajos. A finales de octubre se celebra otra edición del torneo. En la final del año pasado, el aforo no se llenó.

Acumula pérdidas de 332 millones de euros en siete años

El complejo no sabe lo que son los números negros y siempre ha registrado pérdidas. Entre 2006 y 2012, último dato disponible, las pérdidas suman 332,6 millones de euros, con resultados que oscilan entre los 66 y los 25 millones, siempre negativos.

El pasado año mejoró ligeramente sus cifras, pero, aún así, la sociedad gestora tuvo unas pérdidas de 43,9 millones de euros, un 21 por ciento menos que los 55 del año anterior.

No obstante, algunas partidas llaman la atención: los gastos de personal crecieron más de un cinco por ciento, a pesar de la eliminación de una paga extra que sufrieron sus trabajadores (como el resto de empleados públicos). El lado de los ingresos también empeoró y la Ciudad de las Artes y las Ciencias apenas facturó 28,9 millones de euros, 10 menos que el anterior.

Tiene una deuda de casi 400 millones de euros

Esta acumulación de números rojos ha ido engordando la deuda de la sociedad gestora hasta los 392 millones de euros (dato al cierre de 2012). Sólo el próximo año, debe devolver 68,9 millones por sus préstamos, un importe que es más del doble de lo que ingresa al año.

Los siguientes años no serán mucho más fáciles, puesto que tiene que amortizar 34,8 millones en 2015 y más de 40 millones tanto en 2016, 2017 y 2018. Pasada esta fecha, aún tendrá pendientes de pago 153 millones por los créditos ya contraídos.

Además, incluimos otra cifra. En 2012, la Ciudad de las Artes dejó de ser el monumento más visitado de España. Le superó la Alhambra de Granada, la Sagrada Familia de Barcelona y el Museo del Prado de Madrid. El emblema de la Valencia más moderna tuvo 2,8 millones de visitas, unos 900.000 visitantes menos.

La guinda. El Palau de les Arts (la ópera) ha puesto encima de la mesa un expediente de regulación de empleo.

Fuente de la fotografía.