Ingresará más de 20.500 euros brutos en diciembre sumando la nómina y la paga extra

Artur Mas o cómo cobrar un sueldo público y dejar de cobrar impuestos anunciados

El president de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, percibe un sueldo público de 144.030 euros brutos al año en 14 pagas. Son casi 10.290 euros al mes. En diciembre, al percibir la nómina y la paga extra, sus ingresos sumarán 20.575 euros brutos.


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El president de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, percibe un sueldo público de 144.030 euros brutos al año en 14 pagas. Son casi 10.290 euros al mes. En diciembre, al percibir la nómina y la paga extra, sus ingresos sumarán 20.575 euros brutos.


Al menos eso pone en el portal de transparencia de la página web del gobierno autonómico. Hay otras informaciones que dicen que cobra 136.834 euros. Los datos de la web son los referidos a 2012 e interpretamos que siguen vigentes. Eso sí, hay una matización. En 2011 y en 2012 dejó de cobrar una paga extra por lo que su salario se quedó en 133.742 euros.


Lo que ya no está tan claro es que, tras el proceso de participación del pasado 9 de noviembre queden en el tintero algunas cosas tan evidentes como los presupuestos del año que viene, el déficit, la deuda y el cobro de impuestos.


Hace algunas semanas nos preguntábamos si la Generalitat tenía 300 millones para pagar ahora mismo a Acciona después de que esta empresa se quedara compuesta y sin novio por un contrato que se ha esfumado. Además, tampoco tenemos claro de que disponga de otros 700 millones que deberá abonar en 50 años, lo que dura la adjudicación de Aigües Ter-Llobregat (ATLL).


Si recapitulamos, es nefasta la política de anunciar la creación de nuevos impuestos para paliar las arcas públicas. Cuando se sufre una crisis que ya dura seis años, has reducido los servicios sociales, tienes a un expresident de la Generalitat enfrascado en un supuesto latrocino de tamaño faraónico y el aroma mafioso campa a sus anchas por las administraciones públicas autonómicas el malestar que generas se hace insoportable. 


Pero, si luego frenas la puesta en marcha del cobro de los tributos acumulas el desgaste del anuncio y encima no recaudas el dinero previsto para inversiones o política sociales. Es una combinación desastrosa. Y los ejemplos son claros: el impuesto de depósitos bancarios, el euro por receta, el impuesto a las bebidas azucaradas o la tasa a los transportistas por usar las infraestructuras viarias a su paso por Cataluña. No va a recaudar un euro por todo esto.